martes, 25 de noviembre de 2008
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04 de abril de 2008
La selección está conformada por el largometraje Apocalipsur de Javier Mejía, el documental Pa poder que nos den tierra de Mauricio Acosta, el cortometraje El maestro de Ramiro Meneses, los guiones de largometraje El vuelco del cangrejo de Óscar Ruiz Navia, Las flores de José Rafael Pérez Belén y Buscando al muerto de arriba de Derby Roberto Arboleda y Solanyi Valdelamar y los trabajos de video arte Ángeles y libélulas de Alexander Giraldo, Inventario de Sergio Arango y Boy sólo de Edgar Mayorga y Darío Fernández.
El Festival de Cine Pobre se celebra cada año con el fin promocionar y difundir las obras de cine independiente y las producciones con una alta calidad estética y narrativa que han sido realizadas con escaso recursos económicos.
www.cubacine.cu/cinepobre/
festivalcinepobre@icaic.cu
http://www.cubacine.cult.cu/cinepobre/catalogo2008/filmes1.php?Vparticip=02&Vcateg=04#
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“Todos sabemos que una frontera o límite, es un espacio entre dos mundos,
que hace una especie de argumento doble o paralelismo,
que evoca un sentido de multitud o universalidad.
Cuando se acercan dos culturas, dos sucesos o dos
ideas se produce una especie de interacción,
una especie de intercambio mágico”.
"Todas las situaciones culturales están
compuestas por un área de atención (figura)
y un área mucho mayor de desatención (fondo).
Ambas están en estado continuo de interacción abrasiva,
con un limite o intervalo entre los mismos
que sirve para definirlas a ambas en forma simultanea."1
La idea que enmarca este proyecto se compone de varias puntas o nodos, desde los cuales puede mirarse de múltiples formas. Esa idea en la que se pone la mirada desde la presente propuesta de trabajo, es la idea de “frontera”. Sin lugar a dudas la frontera lleva consigo una carga de significaciones que van desde lo físico y político geográfico, hasta lo sensorial, informe o intangible, aquello que constantemente experimenta en sí un flujo de intercambio entre “un uno / o un yo y un otro”. El “encuentro entre seres” genera una sintonía entre los entes participantes de la frontera interpersonal, un “lugar propio para el encuentro” de los participantes de aquella relación. Este “no lugar” de encuentro llamado frontera, permite la trasgresión,el traspaso, cada parte, cada “territorio”, cada ser, tiene sus propios mecanismos de apropiación y propagación que conforman su identidad. Esta frontera no es abierta, y ordena el regreso al hogar, al Yo. Este límite o borde que además se presenta borroso, produce auto identidad y la reflexión del uno en el otro, del uno como el otro, produce la identidad en la diferencia.
Ese flujo y continuo traslado experimentado en esta relación entre los entes, el ir y venir entre el “yo” y el “tú” y aquella rara identificación que se experimenta con el contacto, derivan a su vez en lejanía, constituyendo de alguna forma la auto determinación del sujeto. “Yo soy yo, porque no soy tú ”. Ante esta relación de conocimiento y desconocimiento generada al unísono desde la alteridad de los entes relacionados, sale a flote, a manera de esbozo, otro concepto que se relaciona con todo lo dicho, que se incrusta en toda relación y que parte del misterio que se encierra o mejor, se abre en todas estas, algo denominado como “lo siniestro”.
A través de este concepto fundado en lo misterioso y en la relación con “lo Otro”, me interesa explorar las relaciones menos evidentes, relaciones con la memoria y desde la memoria, su capacidad de olvido y re-creación infinita. Las relaciones íntimas y personales con los lugares vacíos, con el lugar del acontecimiento, la ausencia y la presencia, la profanación de lo secreto, lo familiar,lo visible exterior, lo invisible interior.
1 Marshall Mcluhan y B. R. Powers, La Aldea Global, Pág. 22, Editorial Gedisa, 1996. (original en inglés: The Global Village, 1989)
Relatos culturales y tecnologías de la memoria
Taller y conferencias: 24 noviembre; 1 diciembre; 15 diciembre
Ciclo de vídeo: 14, 21 y 28 noviembre; 5 12 y 19 diciembre
Sala La Gallera. Valencia
www.cult.gva.es
La Sala La Gallera de Valencia con la exposición Cine Infinito de Virginia Villaplana, organizada y producida por Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana, y con la producción cultural de Javier Marroquí y David Arlandis, se transforma durante los meses de noviembre y diciembre en un espacio de producción de conocimiento y miradas con el desarrollo de un FilmWorkshop/Seminario que incluye sesiones de conferencias por parte de distintos artistas, proyecciones de cine y vídeo, y el desarrollo de un MediaLab abierto al público mediante inscripción. Durante 3 jornadas de trabajo se desarrollará, dentro del proyecto Cine Infinito, el taller SESIÓN CONTINUA que dará lugar a la realización final de un film colectivo a partir de una serie de narraciones desarrolladas por los participantes. Vinculo en cloakas para mirar. Proximamente comentarios del flotante de la cloaka, participante en el workshop del Cine infinito.
El monitor (de cualquier tipo) se incrusta en la memoria del telespectador (espectador a distancia, en cualquier lugar) como una ventana posible a un mundo imposible pero deseado (lejano). Ahora puedo ver las calles de Valencia y soñar con el Mediterráneo azul mientras sufro del calor y el polvo en Cali, Colombia, a miles de Kilómetros, en otras realidades.
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